EL ARTISTA
“Como artista me intereso en todo lo que produce una reacción intelectual y emocional tendiente a revaluar y revitalizar conceptos preconcebidos.
Veo todos los medios como parte de la naturaleza del Arte donde como artista puedo escoger el necesario para cada propósito. Me interesa que todo proyecto artístico cree una vibración espiritual, que abra una ventana hacia los aspectos positivos de la vida.
Me interesa el movimiento, sacudir la esencia interna de cosas y situaciones.
Me interesa la luz que dinamice la vida.” Tengo interés en la magia de los significados de las imágenes, el manipularlas, el contrastarlas, el hacerlas chocar. Utilizo la técnica como extensión de la intención humana.
OMAIRA ABADIA 2019
Omaira Abadía: artista multimedia, lleva exhibiendo su obra desde 1980, pionera de la fotografía artística experimental, del video arte, la instalación y el performance. ha realizado varias investigaciones sobre técnicas antiguas de fotografía y sobre manifestaciones de la pintura urbana. El concepto que prima en mis obras es la imaginación y sus simbologías, creando y construyendo historias visuales, sus diferentes giros y ambigüedades, él diálogo entre imagen, forma y la psicología de significados.
Durante su carrera artística ha experimentado con diversas técnicas aplicadas a sus obras, ya sean de forma individual o combinada: cine de 16 y 35 mm experimentaciones para una y dos pantallas verticales y horizontales, foto esculturas se presentan las obras en diferentes formatos quebrados y plegados formando relieves no convencionales con una dos o tres caras, fotograbado las obras están trabajadas con el sistema dragón gravure photogravure sobre placa de cobre y las copis son realizadas con fondinos para adicionarles color.
OMAIRA ABADIA
MEDITACIONES PERSONALES
El tiempo frente a los conceptos estático y temporal de la imagen.
Varias corrientes filosóficas del siglo XIX especialmente las evolutivas afirman o suponen que lo que hay existe, en tanto se desarrolla temporalmente, pero este desarrollo sigue un plan que es por sí mismo intemporal. El tiempo para los absolutistas es una realidad en sí mismo, una relación, un orden.
Es verdadero y matemático por sí mismo, fluye uniformemente sin relación con nada externo y se lo llama así misma duración. El tiempo para los relativistas es aparente y común, es una medida sensible y externa …de la duración por medio del movimiento que es comúnmente usada en vez del tiempo verdadero. Aristóteles enuncia la medida del movimiento según el antes y el después, introduciendo las nociones de velocidad e intervalo.
Para Leibnitz el tiempo es el orden de existencia de las cosas que no son simultáneas. Así como el espacio es un orden de coexistencias el tiempo es un orden de sucesiones. Para Kant el tiempo es un orden de intuición a priori, negando que sea una relación y un orden.
La temporalidad es una manifestación de la idea y las fracciones del tiempo conforman lo absoluto.
Todas estas temporalidades son tratadas de diferentes maneras y estilos dependiendo de cada obra ya sea en la obra fotográfica, el video, la instalación o el performance.
OMAIRA ABADIA 2015
ÍCONOS INSTAX “ PROYECTO DE CREACIÓN 2020 – 2021
Las 52 obras de Omaira Abadía recogidas en “Íconos Instax”, conforman una serie de relatos cortos agrupados en cámara lenta, en ellos, la ausencia de la palabra explicativa, provoca un parentesco entre la imagen plástica intervenida por un material fotográfico superpuesto a las superficies como un recurso teatral y escénico al cual se apela como alegoría, intertexto, o transtexto o como un acto provocador de escrituras gráficas con las cuales la artista deja implícito un malestar estésico con los vacíos, las fronteras y las fugas del pensamiento en los lenguajes del arte.
Este obrar en las márgenes es ciertamente susceptible de interpretaciones múltiples: suplementarias en razón del relato que cada cuadro propone con sus objetos y situaciones; o traslacionales, si al retomar este novedoso concepto de la física y la medicina, identificamos que el retrato del retrato es una proposición que se repite en todos los actos de las historias “fotográficas” o fotografiadas como piezas de un museo errante.
Omaira Abadía coloca al observador, entonces, en la exigencia de crear un relato de paralajes obligados entre la pintura y la fotografía, cada una con sus realismos impuestos por la técnica y al mismo tiempo exaltando la urgencia de interpretación mutua, para trascender la exploración fenomenológica y avanzar en los intersticios simbólicos entre estos objetos determinados.